viernes, 17 de agosto de 2007






Los Terremotos en Chile




Las grandes catástrofes sísmicas de nuestra historia
Hoy, probablemente, muchos chilenos pueden acordarse dónde se encontraban durante los terremotos ocurridos en 1960 y 1985, e incluso los de más edad recordarán el de Chillán en 1939. En este sentido, los terremotos han sido una constante en toda la historia de Chile. Ubicado en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, Chile es una de las regiones más sísmicas del planeta. Bajo su territorio convergen la placa de Nazca y la placa continental americana, provocando periódicamente movimientos telúricos de diversa magnitud que en ocasiones provocan gigantescas catástrofes. Desde tiempos prehispánicos, los pueblos indígenas tejieron una red de interpretaciones simbólicas y religiosas frente a los terremotos. Para la cultura mapuche, por ejemplo, los terremotos fueron percibidos como manifestaciones de un desequilibrio cósmico que debía ser recuperado a través de ofrendas y ritos propiciatorios a los dioses y a los espíritus de los antepasados. Ya durante los primeros años de la conquista, los españoles debieron sentir los efectos devastadores de la actividad sísmica propia de esta región. En mayo de 1647 ocurrió el mayor terremoto que registran las crónicas coloniales, el que redujo a escombros la ciudad de Santiago y provocó una aguda crisis económica en un país que, además, había sufrido devastadoras sequías; y que seis años después tendría que enfrentar un alzamiento general de la población indígena. Gran parte de la población solía atribuir los terremotos a alguna voluntad o castigo divino, y tras ellos se desataba una ola de fervor religioso. A principios del siglo XX ocurrió uno de los terremotos más desastrosos de la era republicana. Valparaíso, principal puerto, centro financiero y comercial del país, fue destruido casi completamente en 1906. La ciudad, llamada “la perla del Pacífico”, quedó reducida a escombros y tuvo que ser reconstruida casi totalmente; sin contar los miles de muertos que quedaron atrapados bajo sus ruinas. En 1939 le tocó el turno a la ciudad de Chillán y a toda la región circundante. La destrucción fue tal que obligó, tanto a las autoridades como a la población en general, a una mejor planificación y organización en las labores de reconstrucción y de rescate. Por otro lado, representó la oportunidad ideal para que el Parlamento aprobara la creación de la Corporación de Fomento y Reconstrucción (CORFO), institución a través de la cual el Estado dirigió la reconstrucción del país y el fomento de la actividad industrial. En 1960 un nuevo terremoto, el más fuerte movimiento registrado en el mundo en los últimos 150 años, devastó las provincias de Cautín, Valdivia, Osorno, Llanquihue y Chiloé, teniendo como epicentro la ciudad de Valdivia. El sismo fue acompañado por un tsunami que provocó una inmensa ola que barrió con las ciudades costeras. Asimismo, el terremoto provocó el hundimiento de algunas zonas que quedaron sumergidas bajo el mar y un derrumbe en el río San Pedro que, de no haber sido solucionado rápidamente, habría arrasado completamente con lo que quedaba de la ciudad de Valdivia. Con el pasar del tiempo, los terremotos pasarían a formar parte de la identidad colectiva de los chilenos, quedando registrados en la cultura popular a través de la tradición oral.
estes es un gran terrenotos y tambien uno a viso a los pastel que solo estan sentado en un escritorio y que solo saben mandar vale

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