jueves, 16 de agosto de 2007



Bosque de Cristal

Hace mucho tiempo, en un hermoso y lejano reino, rodeado de un bosque sin igual, vivio una pequeña princesa, hermosa como las mañanas de primavera. La preciosidad de tan tierna princesa se la habia dado un hada del bosque como don especial, siempre y cuando el bosque que rodeaba al reino donde nacio estuviera bien cuidado. Para esto hizo que todo lo que le pasara a la princesa le pasara al bosque y todo lo que le pasara al bosque le pasara a ella. El bosque no podia existir sin ella, porque ella era su corazon. Asi tambien, no podia existir la princesa sin el bosque porque este era el alma de ella. La pequeña princesa era el orgullo de sus padres, reyes de esas tierras y de muchas mas en aquel mundo. Todos la llamaban Sonrisa por ser siempre feliz y tenia la gracia de ser querida por todos los subditos de aquel reino por su infinita bondad.
En aquel reino vivia tambien, una envidiosa mujer que practicaba la brujeria y que era fea como no habia cosa mas fea en el reino. Esa mujer era de todos bien conocida como la Bruja Miltrafaldumiruja. Esta mujer repudiaba la hermosura en todos sus sentidos, por lo mismo no soportaba la belleza y dulzura de la princesa Sonrisa. Enojada por ser fea y por ver tan linda a la joven princesita, la Bruja Miltrafaldumiruja decidio que nadie admiraria su beldad, para esto puso en practica un viejo hechizo que corria en su familia desde siglos atras.
Convirtio al hermoso bosque de la princesa Sonrisa en un bosque de cristal tan diminuto que cabia en una pequeña cupula del mismo material. Pensaba que al convertir al bosque en cristal la princesita se pondria triste y se volveria fea. Con el bosque se transformo todo lo que habia dentro de el; todos sus habitantes, personas y animales quedaron reducidos a fragiles figurillas de cristal. La princesa Sonrisa que en ese momento daba un paseo por el bosque corrio la misma suerte que todos los demas, solo que no toda ella se convirtio en cristal. Nada pudo hacer la envidia de Miltrafaldumiruja en contra del calido corazon de la princesa, que siguio latiendo dentro de ella, encerrado en la pequeña cupula de cristal.
Vio realizada su obra la Bruja Miltrafaldumiruja, pero no se sintio feliz. A pesar de ser pequeño el bosque y mas pequeña aun su princesa, su belleza seguia siendo inigualable. Al darse cuenta de esto Miltrafaldumiruja se enfurecio aun mas y decidio mandar lejos muy lejos al pequeño bosque de cristal. Tan lejos mando al bosquecillo la detestable bruja, que fue a dar a la tienda de un anticuario en el mundo real.
Miltrafaldumiruja se dio cuenta de que ya habia hecho mucho mal, y como en el fondo ella no era mala, agrego a su hechizo una manera de deshacerlo: aquel que a pesar de todo creyera con todo su corazon en que el bosque estaba vivo podria revivir a la princesa y por tanto al bosque. El unico que podria destruir el hechizo seria un principe valiente de espiritu.
Todas las mañanas pasaba Rodolfo por la avenida principal para ir de su casa a la escuela, y nunca en todos sus recorridos se habia topado con una pieza tan hermosa en la vitrina de la vieja tienda del anticuario. Asomaba unos ligeros destellos que deslumbraron al muchacho en cuanto la vio. Era de una delicadeza extrema, debia de ser muy antigua y traida de un lugar muy lejano. Era una pequeña cupula no mas grande que los viejos jarrones de porcelana china que junta ella exhibian. Dentro habia un bosque, aunque para Rodolfo este no era cualquier bosque, sino el Bosque. Era como en sus sueños, era todo luz y... oh! Se le hacia tarde y debia llegar a la escuela antes de que tocara la campana y no lo dejaran entrar.
Desde el dia de su encuentro con el Bosque de Cristal, Rodolfo procuraba salir antes de su casa para tener mas tiempo de admirarlo en su camino a la escuela. Era bello, habia algo en el que lo tenia hechizado, y las figuritas dentro de el eran tan reales. En el centro habia un castillito, y habia otras figuras mas pequeñas como animalitos y personas. Si hubiera podido comprarla, pero no se veia que fuera muy barata, despues de todo una figura de tal delicadeza debia costar una fortuna.
Una tarde de regreso a su casa Rodolfo se asomo a la vitrina del anticuario, pero el lugar donde antes estuviera el Bosque de Cristal, entre los dos jarrones de porcelana china, ahora lo ocupaba una cajita musical con una bailarina que no paraba de dar vueltas. Se habian llevado el Bosque de Cristal, se habian llevado su Bosque de Cristal. No lo volveria a ver jamas, ya no podria soñar con pasear por el y ver y conocer a los pastores y mercaderes que en el creia haber visto tantas veces. Ya no volveria a ver su tan amado Bosque de Cristal.
Regreso a su casa triste y desolado, entro a la casa y dejo sus libros sobre la mesa. Iba en ese momento a su recamara cuando de la sala creyo oir que le llamaban. Entro a la sala y cual no seria su sorpresa al encontrar sobre la repisa de la chimenea al pequeño y tan amado Bosque de Cristal. Emocionado se acerco a donde la cupula estaba, y admirado la vio como si fuera la primera vez.
Repaso el bosque, el castillo, las figuritas que parecian gente y reparo en algo que no habia notado antes era una luz extraña, volvio a escuchar su nombre... Rodolfo.... La luz con extraños destellos rosados lo envolvia, se hacia mas fuerte, luego una niebla... Rodolfo... Escuchaba su nombre fuerte y claro, pronunciado por una voz dulce y suave que le parecia familiar. La niebla se disipo y vi la luz mas intensa todavia, y se dio cuenta de que estaba dentro de la cupula. Estaba en el Bosque de Cristal.
Su sueño se habia vuelto realidad, estaba en el Bosque de Cristal y lo recorrio. Le parecio todo tan familiar, como si ya antes hubiera estado alli. Llego a las afueras del castillo y reconocio a los pastores y labradores que tantas veces habia creido ver y sentia que los conocia como a viejos amigos. Repetia sus nombres sin saber como es que los conocia, todo le era tan natural, como el bosque mismo, que a pesar de ser de cristal demostraba viveza en cada rincon. Dentro del castillo los reyes, las damas, los caballeros reales y sus pajes, hasta un bufon risueño frente al rey. Recorrio el castillo, descubrio corredores y pasadizos secretos. Se maravillo ante las estatuas y tapices que en el habian. Subio torres y entro en enormes salas encontrando maravillas indescriptibles a cada paso.Seguia oyendo su nombre, a veces mas fuerte otras veces mas debil, pero siempre con la misma dulce voz. Intrigado ante tal hecho siguio la tersa voz hasta las afueras del castillo y a traves del bosque hasta llegar a un claro donde una fragil y hermosa figura se encontraba. En ella se resumia la bellesa y magnificencia de todo lo que habia visto antes, era la hermosa princesa Sonrisa. Dentro de ella su pequeño corazon latia y eso confirmo lo que Rodolfo pensaba, el Bosque de Cristal estaba vivo, vivo y lo necesitaba a el.
La prinsecita ya no repitio mas su nombre, ya no era necesario, instintivamente el supo lo que tenia que hacer. Guiado por el infinito amor que aquella hermosa figura le inspiraba, Rodolfo se acerco a ella, quizo besarla, pero no se atrevio temiendo con ello manchar tan grata presencia. Temeroso puso su mano en su corazon y creyo, creyo con toda su alma y toda su fe en que con su amor podria volver a la vida a su amada princesa y al Bosque de Cristal. Lagrimas rodaron por sus mejillas y su calor entibio las frias manos de cristal de las princesita. Sonrisa levanto su rostro hacia el y y con solo verlo lo amo y vivio.
El bosque desperto como si la noche en que habia permanecido repentinamente hubiera acabado, y asi fue. Los pajarillos, las ardillas, las plantas, todo el bosque revivio mientras la dulce voz de la princesa entonaba un himno de alegria por ver a su bosque vivo otra vez, y es que mientras el Bosque estuviera bien ella estaria bien.
Poco despues se celebraron las bodas entre el principe Rodolfo y la princesa Sonrisa, y todos en el bosque fueron felices por mucho mucho tiempo.
dedicado a los que la vida les sonrie vale

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