Al final del siglo XVIII, tres muchachas llamadas Pascuala iban a lavar ropa a una laguna, como en aquellos tiempos lo hacían casi todas las mujeres pobres de la ciudad. Era realmente un espectáculo pintoresco y lleno de vida el que ofrecían esas hileras de mujeres que en la mañana y en la tarde iban a lavar a la laguna.
Cuando llegaba la tarde, o mejor dicho a la oración, emprendían el camino de regreso a sus hogares. La mayoría eran lavanderas de profesión, como las tres Pascualas.
Caminaban con sus grandes atados de ropa que llevaban generalmente sobre la cabeza. A menudo marchaban cantando o conversando en alta voz.
Era agradable el cuadro multicolor que ofrecía la laguna con la ropa de distintos colores que flotaba al viento o estaba tendida sobre las ramas y que se distinguía desde lejos.
Una tarde, cuando otras compañeras llegaron hasta la laguna, encontraron flotando los cadáveres de las tres Pascualas.
¿Cuál fue la causa de esta desgracia?
Se asomaron tanto al agua que cayeron y no pudieron salir, perecieron de este modo.
b) Las tres Pascualas amaban a un mismo hombre, y después de larga meditación en la noche anterior resolvieron poner término a sus días, arrojándose a la laguna que era su propio sustento.
c) Llegaban hasta la laguna todos los días a lavar; mientras realizaban su trabajo, entonaban hermosas canciones.
Un día llegó hasta la casa de las tres muchachas un forastero en demanda de hospedaje, el que fue acogido gustoso por el padre de las jóvenes.
Todos los días al morir la tarde, regresaba hasta la casa el solitario forastero y miraba a las Pascualas que volvían cantando, al aire sus trenzas rubias y su atado de ropa sobre la cabeza.
El joven se enamoró de las tres hermosas muchachas y cada una, en secreto, le correspondió su amor.
No sabiendo a cuál de ellas elegir como su esposa, en la noche de San Juan les dio cita a las tres en la orilla de la laguna.
A las doce de la noche el forastero remaba, pero desesperado al ver reflejarse en las plateadas aguas a las tres Pascualas, comenzó a llamar: ¡Pascuala...! ¡Pascuala...! ¡Pascuala...! Las tres al sentir su nombre se creyeron elegidas y comenzaron a entrar en las traicioneras aguas.
Desde entonces, en las hermosas y encantadas noches de San Juan, a las doce, se ve un bote y entre el croar de las ranas surge una voz que llama desesperadamente a las mozas.
d) En un hermoso palacio vivía una bella dama, madre de tres lindísimas hijas que correspondían a los nombres de Sol, Esperanza y Alegría, pero a causa del nombre de la madre, se las llamaba, las tres Pascualas.
Murió la madre y las niñas se entregaron a una vida disipada. Las faltas que se cometían en este palacio fueron tan grandes, que un día de gran fiesta se hundió el palacio con las tres niñas y todos sus acompañantes, que eran más de cincuenta personas, llenándose de agua el espacio que antes ocupaba este lugar de disipación.
La extensión de agua que se formó por esta causa, es la que se conoce con el nombre de Laguna de las Tres Pascualas.
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1 comentario:
en la puta imagen sale la kote naxa y la feña
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